Tras su doloroso fracaso en las semifinales de la Europa League, el entrenador del Bayer Leverkusen, Xabi Alonso, se ha mostrado como un deportista justo.
«No quiero llorar, felicitamos al AS Roma por llegar a la final», dijo el español tras el acalorado partido de vuelta, sin goles, en el BayArena, con entradas agotadas.
Estaba «orgulloso» de sus jugadores, subrayó Alonso, a pesar de la amarga decepción, «lo dieron todo hasta el final». Aunque Moussa Diaby, Florian Wirtz y compañía crearon un claro excedente de ocasiones, al final no tuvieron suerte, como en el partido de ida (0-1), contra el férreo baluarte defensivo del técnico romano José Mourinho. Así se truncó el sueño de la primera final europea para el Werkself en 21 años.
«Jugamos concentrados, estuvimos bien preparados y fuimos competitivos», dijo Alonso, pero la «gran diferencia» fue el gol de oro del propio Edoardo Bove, de la Roma, en el partido de ida.
El entrenador del Bayer dirigió entonces su mirada al futuro. «Tenemos que seguir», apeló el español y afirmó: «Ánimo y a seguir».
El domingo, el Werkself, que lleva cinco partidos sin ganar, recibirá en la Bundesliga a su rival de Renania, el Mönchengladbach. Allí, los tres puntos son imprescindibles si el séptimo clasificado quiere mantener sus opciones de acceder a la escena internacional la próxima temporada en el duelo de fondo con el VfL Wolfsburgo, que está igualado a puntos.