Ex profesionales de la Premier League inglesa comparten sus experiencias y nos cuentan qué se puede hacer contra el racismo.
El racismo es una lacra que persigue al fútbol en todo el mundo. Durante años se ha intentado desterrarlo del «deporte más bello», pero, como un tipo feo, sigue apareciendo sin invitación en los estadios una y otra vez.
El ejemplo más reciente son los ataques al delantero estrella brasileño Vinicius Junior, que juega en el Real Madrid, campeón récord de España.
Pero ningún país parece inmune.
Antiguos jugadores de la Premier League inglesa recuerdan sus experiencias. En primer lugar, el ex defensa del Manchester City Nedum Onuoha:
«El racismo no ocurre a menudo, pero cada vez que sucede te golpea y te derriba. Justo cuando crees que todo va bien, te recuerdan que no es así. Es un recordatorio de cómo te ven realmente algunas personas. No es que todo el mundo lo haga, pero aunque sólo sea el uno por ciento, con la cantidad de gente que hay en el fútbol, el uno por ciento es mucho».
Mark Bright jugó en el Leicester City y en el Chrystal Palace, entre otros, donde formó una delantera legendaria con Ian Wright:
«En retrospectiva, las emisoras nos defraudaron, la radio nos defraudó, la Asociación de Futbolistas Profesionales nos defraudó, en realidad. No lucharon. Se limitaron a decirnos que enterráramos la cabeza en la arena y que se olvidaría. Pero no desapareció. Los jugadores y los aficionados tuvieron que organizarse para ponerlo todo en marcha, para lanzar la campaña Kick Racism Out of Football y conseguir que la gente se uniera a ella. Cinco mil personas detrás de la portería coreando «negro esto» y «negro lo otro». Es difícil jugar ante un público así. En aquella época, había que ser duro y resistente».
Pero, ¿qué hacer? En el caso de Vinicius Júnior, la Federación Española de Fútbol ha impuesto su castigo más severo hasta la fecha.
Pero los propios jugadores también tienen un papel que desempeñar, según el primer jugador negro del tradicional club londinense Chelsea, Paul Canoville:
«Hoy en día, los jugadores como yo, los jóvenes jugadores negros, no deberían quedarse callados. Deberían decir algo en el acto. Entonces yo no lo hacía. Es algo que enseño ahora a los jugadores jóvenes».
Sin embargo, el fútbol necesita ayuda externa para combatir el racismo, y la está recibiendo de campañas contra la discriminación como Kick It Out en el Reino Unido y LICRA en Francia.
La red Fare, un grupo paneuropeo que lucha contra la discriminación en el fútbol, coloca observadores encubiertos en las gradas de los partidos más importantes para detectar cánticos racistas y símbolos extremistas en las pancartas.
En España, la campaña de odio contra Vinicius Júnior ha dado lugar a un movimiento nacional de solidaridad.
Y también en Alemania hay cada vez más iniciativas de aficionados contra el racismo en el fútbol.
Aunque es poco probable que el racismo se erradique en un futuro próximo en la era de las redes sociales, el intento de prohibirlo en los estadios de fútbol parece merecer la pena.