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Preußen Münster ha recibido una multa importante por el espectáculo de fuegos artificiales antes del partido de Copa contra el FC Bayern. La comunidad de aficionados del club quiere ayudar.

El partido de Copa de la DFB contra el FC Bayern de Múnich a finales de septiembre fue un punto culminante para el Preußen Münster a pesar de la derrota por 4:0, pero ha tenido repercusiones costosas para el club de fútbol de tercera división.

Tras un gran despliegue de fuegos artificiales en el bloque de aficionados antes del saque inicial, la DFB condenó hace unos días a los portadores del águila al pago de una multa de algo menos de 107.000 euros: el club nunca había sido multado tan duramente.

Para amortiguar la sanción desde el punto de vista del club, la comunidad de seguidores del Preußen Münster tiene previsto iniciar varias campañas en el futuro. La organización que agrupa a los hinchas del Preußen también está recogiendo donativos, que se destinarán íntegramente al club.

«Queremos apoyar económicamente al SC Preußen Münster para mitigar las consecuencias negativas de la sanción de la DFB», reza un comunicado en la página web de la comunidad de aficionados. «Esperamos que muchos amigos, aficionados y seguidores se unan a nosotros en los próximos días y semanas y apoyen las distintas campañas. Facilitaremos información detallada sobre las acciones previstas lo antes posible».

En los últimos años, la relación entre los grupos de aficionados y la dirección de los clubes ha mejorado notablemente, prosigue la alianza. «La sanción impuesta por la DFB tras el partido de Copa contra el FC Bayern de Múnich alberga el riesgo de abrir una brecha entre el club y los aficionados». Por ello, la afición quería «enviar una señal de que los aficionados, la afición y el club no permitirán que se les divida».

Según la sentencia de la DFB, los aficionados del SCP habían hecho estallar al menos 15 baterías de fuegos artificiales y al menos otros 20 objetos pirotécnicos durante el espectáculo pirotécnico previo al partido de Copa. El partido sólo pudo comenzar tras un breve retraso.

Tras el pitido final, el entrenador Sascha Hildmann tuvo una visión contradictoria de la acción. «Cuando los aficionados empiezan un espectáculo pirotécnico: a los de fuera les parece bien, pero a nosotros nos sale caro»