El SC Freiburg ganó su segundo partido de grupo en la Europa League. El equipo de Christian Strecih convenció en toda la línea del Olympiakos Piraeus.
El siguiente signo de exclamación en el caldero de las brujas: el SC Freiburg, con una confianza impresionante, sigue subido a la ola del éxito en la Europa League. En el duelo atmosférico del Olympiakos del Pireo, campeón de la historia de Grecia, el segundo clasificado de la Bundesliga se impuso por 3-0 (2-0) con el estilo de un equipo de primera fila y se situó así en una excelente posición en la lucha por el ascenso.
Nicolas Höfler (5º) y Michael Gregoritsch (25º/53º) marcaron para el equipo del seleccionador Christian Streich en el estadio Karaiskakis y aseguraron un comienzo soñado en la fase de grupos, tras la tremenda victoria inicial contra el campeón azerbaiyano Qarabag Agdam (2-1). Al equipo de Breisgau le espera ahora un doble enfrentamiento con el FC Nantes, empezando por el partido en casa el 6 de octubre.
Tras un espectáculo pirotécnico por parte de la afición griega, el Friburgo comenzó con furia en la niebla. En el primer partido del Sport-Club fuera de casa en la Europa League desde noviembre de 2013, Daniel-Kofi Kyereh (1º) dio el primer aviso antes de que Höfler recompensara a los visitantes por su animado comienzo en los primeros compases con un cabezazo.
Los hinchas del Olympiakos provocan una interrupción con pirotecnia
El once del Friburgo, que ya había sido titular en la liga contra el Borussia Mönchengladbach (0-0), no dejó de lado el control y la creación de una clara ocasión más contra los espantosamente débiles anfitriones. Gregoritsch, que ya había rematado al poste (13º), marcó tras una buena asistencia de Kyereh para dar al equipo de Streich una merecida ventaja de dos goles al descanso.
El equipo de Streich continuó jugando con confianza tras el descanso, y el Friburgo dominó las acciones a su antojo contra el club habitual de la primera división. Gregoritsch volvió a marcar a bocajarro tras un cabezazo del internacional Matthias Ginter, lo que aportó algo de calma a la frenética afición del Olympiakos, que había provocado una interrupción de dos minutos con pirotecnia en el primer periodo.