Mientras el presidente de la federación española, Luis Rubiales, sigue en su cargo tras el escándalo de sus besos, el seleccionador Jorge Vilda ha sido relevado de sus funciones.
El controvertido seleccionador nacional español de fútbol femenino y campeón del mundo, Jorge Vilda (42), ha sido relevado de sus funciones tras el escándalo de Rubiales. Así lo anunció este martes la federación española RFEF. Vilda trabajaba para la federación desde 2015.
Su sucesora es la exinternacional Montserrat Tomé (41 años), la primera mujer en ocupar el cargo. Según la asociación, el nombramiento de Tome forma parte de las medidas de reforma anunciadas por el presidente interino Pedro Rocha.
Tome, exjugadora del Barça, fue co-entrenadora a las órdenes de Vilda desde 2018 y debutará el 22 de septiembre en el partido en casa de la Nations League contra Suecia.
En un mensaje de despedida a Vilda, la RFEF elogió su «intachable conducta personal y deportiva» por jugar «un papel clave en el notable crecimiento del fútbol femenino en España». «Durante su largo mandato, Vilda fue un promotor de los valores de respeto y deportividad en el fútbol.»
La Federación también pide disculpas por Rubiales
Anteriormente, la RFEF había pedido disculpas por el comportamiento del jefe federativo Luis Rubiales, que besó en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso en contra de su voluntad durante la entrega de premios tras el triunfo en el Mundial contra Inglaterra, campeona de Europa. Parece posible que el jefe de la asociación también tenga que marcharse tarde o temprano.
La mayor parte del cuerpo técnico de Vilda ya había dimitido, y las campeonas del mundo también están en huelga. Vilda y Rubiales se consideran estrechos aliados desde que 15 jugadores se declararon en huelga contra Vilda en septiembre de 2022 para protestar por los métodos del seleccionador.
Vilda había criticado recientemente el comportamiento de Rubiales, pero aplaudió su incendiario discurso en una asamblea general extraordinaria de la RFEF. El presidente de la federación también se había negado a dimitir, como exigían amplios sectores de la política española.
El beso de Rubiales provocó indignación en todo el mundo. La FIFA le suspendió 90 días. Once miembros del personal habían dimitido de los equipos funcionales de las selecciones nacionales femeninas, incluidos los ayudantes de Vilda.
Antes de la separación de Vilda, la federación dijo que la RFEF tenía previsto tomar toda una serie de medidas en los próximos días «para mejorar la gobernanza de la federación y reparar en lo posible el daño causado», anunció.
La federación española quiere «reparar el daño»
Seguía sin estar claro qué consecuencias concretas podría tener el escándalo de los besos para la federación o para Rubiales. Quería pedir sinceras disculpas a las instituciones futbolísticas, escribió el presidente interino Pedro Rocha en la carta publicada el martes, que aseguró haber enviado ya a los destinatarios correspondientes. El comportamiento de Rubiales no reflejaba los valores de la sociedad española y había causado un «enorme daño» a ésta y al fútbol español.
Ahora es responsabilidad de la asociación que un caso así no vuelva a repetirse, afirmó Rocha. Además, la RFEF apoya a la FIFA y a la justicia deportiva española para que tomen una decisión lo antes posible «que repare el daño». El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y la Fiscalía también se están ocupando del caso. Las federaciones regionales españolas se negaron a seguir a Rubiales.
Rubiales había sido elegido presidente de la federación española en mayo de 2018. El funcionario también se sienta como vicepresidente en el Comité Ejecutivo de la Unión Europea de Fútbol (UEFA).