En una semana, el Energie Cottbus se enfrentará al RWE en el partido más importante de la tercera división. Una cosa está clara: el club está progresando más rápidamente en el ámbito deportivo que en el de las infraestructuras.
El Energie Cottbus se ha consolidado por segundo año consecutivo como una fuerza importante en la tercera división. Al igual que el año pasado, el equipo del entrenador Claus-Dieter Wollitz parece estar trabajando para dar el salto a la 2.ª Bundesliga. Se avecina un duelo decisivo: el próximo domingo, 23 de noviembre, a las 19:30 horas, los lausitzianos se enfrentarán al Rot-Weiss Essen. Es el duelo entre el segundo y el cuarto clasificado, y en la ciudad de Cottbus vuelven a surgir los sueños de ascenso.
Sin embargo, si se logra el gran golpe y el salto a la segunda división se hace realidad, el Energie se enfrentará a un grave problema: el estadio no cumple actualmente los requisitos de la 2.ª Bundesliga. Hay dos escenarios posibles para superar este obstáculo: o bien se obtiene el apoyo necesario para los planes de ampliación ya presentados, o bien el entrenador Wollitz tendría que ganar la lotería. Ya en febrero de 2025, el presidente del club, Sebastian Lemke, dejó claro a la cadena rbb: «Con este estadio no hay ninguna posibilidad de obtener aquí una licencia para la segunda división». » Sin embargo, desde entonces poco ha cambiado. Aunque en enero de 2025 se puso en marcha un estudio de viabilidad, desde entonces apenas se ha sabido nada de los avances.
Ante la falta de apoyo político, el club ha tomado la iniciativa y el 4 de noviembre presentó sus planes para la remodelación del estadio. El objetivo es crear un estadio multifuncional moderno que no solo sirva para el fútbol.
Si lo consigo, prometo que aquí se construirá el mejor estadio de Alemania, para la gente, para la región, para la pasión, para el apoyo. Y a las personas que lo impidan, no las invitaría».
Claus-Dieter Wollitz
El presidente del club, Lemke, comentó al respecto: «Nos hubiera gustado que se avanzara mucho más rápido en este asunto, porque no hay tiempo que perder para impulsar por fin el fútbol profesional en Cottbus. Hemos hecho todo lo posible, hemos hecho nuestros deberes y hemos desarrollado conceptos e ideas. Nuestro equipo juega un fútbol magnífico y exitoso, pero sigue faltando la infraestructura necesaria. Ahora no solo necesitamos señales positivas, sino también decisiones y acciones concretas».
Si tampoco esta vez se consigue el apoyo, solo queda esperar que Wollitz tenga mano feliz. Recientemente dejó claro lo que haría si ganara el premio gordo: «Si lo consigo, prometo que aquí se construirá el mejor estadio de Alemania, para la gente, para la región, para la pasión, para el apoyo. Y a las personas que lo impidan, no las invitaría».