La lucha del VfL Bochum contra el descenso es cada vez más precaria. Pero hay dos aspectos alentadores, incluso después de siete partidos sin ganar. Un comentario.
Por un lado, está el resultado. El VfL Bochum sólo pudo empatar 1-1 contra el 1. FC Heidenheim en la lucha por el descenso a la Bundesliga, lo que supone el séptimo partido consecutivo sin sumar de tres en tres.
La distancia con el último clasificado es cada vez menor. Aunque la ventaja sobre el 1. FC Köln en el puesto 17 ha aumentado a cinco puntos, el 1. FSV Mainz 05 en el puesto de descenso está a sólo un punto.
Entonces, ¿qué es alentador para la racha final? Desde luego no la racha del Mainz, que de repente está ganando todos los partidos con un estilo impresionante, especialmente en casa.
Ni mucho menos la racha negativa del Bochum, que ha desperdiciado casi por completo una gran ventaja. Pero quedan dos puntos que también hablan a favor del VfL.
En primer lugar, el increíble apoyo del público y, en segundo lugar, la impresionante moral del equipo. Para contextualizar: el Bochum desperdició una ventaja de 2-0 contra el colista Darmstadt hace quince días
Una semana más tarde, iban ganando por 1-0 en Colonia, hasta el minuto 90. Luego siguieron 90 segundos de horror. Luego siguieron 90 segundos de horror y viajaron de vuelta con las manos vacías. El Bochum parecía haber tocado fondo, y después del cambio de entrenador llegó el gol en propia puerta contra el Heidenheim. Menudo pepino, y justo antes del final. A estas alturas, a más tardar, parecía que ya nada era posible.
Pero el VfL se rebeló, como había hecho en los minutos anteriores. No parece una coincidencia que fuera precisamente Keven Schlotterbeck quien marcara el 1:1, después de haber marcado tan desafortunadamente en su propia portería poco antes.
Es una de las caras del Bochum en su empeño por mantenerse en la Bundesliga. Otros dos son Kevin Stöger y Takuma Asano, que parecen inclinarse por abandonar el Bochum en traspaso libre al final de la temporada.
Pero la forma en que se lanzaron a por el partido impone respeto. Donde otros equipos no se habrían levantado tras el 0-1, Stöger se hizo con el control del partido. Pidió balones, inició ataques, inició el 1:1 con su preciso saque de esquina. Siempre con el lenguaje corporal necesario.
El VfL no descenderá porque la moral esté baja. Tampoco descenderá porque los aficionados se hayan rendido. Anthony Losilla pidió paciencia a los aficionados antes del partido