«Cero competencia deportiva»: el Schalke, ante una turbulenta asamblea general

El Schalke 04 no solo se encuentra al borde del abismo deportivo, sino que en la asamblea general del sábado se avecina la ira acumulada de los aficionados.

El FC Schalke 04 vuelve a encontrarse en la parte baja de la tabla de la 2.ª división, su situación financiera sigue siendo precaria y la directiva del club está siendo objeto de duras críticas: el tradicional club, que ha caído en picado, se enfrenta a una turbulenta asamblea general. «La situación es dramática», afirma el exentrenador Peter Neururer en declaraciones al Sport-Informations-Dienst (SID), «no puede seguir así. No solo vamos por mal camino en lo deportivo».

El sábado (11:04 h), el presidente del consejo de administración, Axel Hefer, y la doble junta directiva, Matthias Tillmann y Christina Rühl-Hamers, deberán rendir cuentas ante varios miles de socios en el estadio sobre una serie de quiebras, mala suerte y contratiempos que han llevado al antiguo habitual de la Liga de Campeones a una situación existencial.

«El mayor problema es que en la cúpula del club no hay ninguna competencia deportiva», afirma Neururer, que, como miembro, espera «preguntas claras y concretas y respuestas claras y concretas», sin que se produzcan «gritos y enfados». «Después habrá que tomar una decisión sobre cómo seguir adelante», afirma este hombre de 69 años, ya que «el Schalke 04 nunca ha estado tan mal».

El presidente del consejo de administración, Tillmann, en el cargo desde principios de año y dotado de grandes poderes por Hefer, su antiguo compañero en el consejo de administración del portal de comparación de hoteles Trivago, tiene especial dificultad para dar explicaciones. Su balance es pobre. El fichaje del Eurofighter Marc Wilmots como director deportivo fue un error, al igual que la renovación del contrato del entrenador Karel Geraerts, ya despedido. El nuevo entrenador, Kees van Wonderen, tampoco ha hecho mucho hasta ahora. «¿A quién se le ocurre que es el adecuado para el Schalke?», se pregunta Neururer.

El responsable de la plantilla, Ben Manga, fue nombrado nuevo hombre fuerte, pero de sus 15 fichajes, solo el delantero Moussa Sylla ha demostrado ser un refuerzo. Neururer considera «horriblemente malo» lo que el exjefe de ojeadores del Frankfurt está haciendo «desde su posición» en el Schalke. Tillmann ha admitido entretanto que «quizás se ha sido demasiado valiente» y se ha «apostado demasiado por el potencial y el futuro».

Hefer también empieza a sospechar que su presidente podría estar sobrepasado por la responsabilidad deportiva. El jefe del consejo de supervisión, que no se presenta a las elecciones del sábado, ya ha pensado en voz alta en restablecer el puesto de director deportivo, que fue suprimido y, dada la enorme deuda, probablemente también se ahorró.

Además de la crisis deportiva, las finanzas son el tema más candente. A pesar de la estricta política de recortes, el Schalke sigue teniendo una deuda de 162 millones de euros. Y lo que es aún más peligroso: el capital propio negativo ha aumentado a 104 millones de euros, pero debería reducirse al menos un 5 % antes de que termine el año, ya que, de lo contrario, la próxima temporada se enfrentaría a una deducción de puntos.

Según el plan que Tillmann quiere presentar el sábado, el dinero fresco vendrá de una cooperativa de fomento. Los socios deberán comprar acciones del estadio. Los ingresos se destinarán principalmente a «reducir la deuda heredada». Actualmente, el Schalke paga 16 millones de euros al año solo en intereses y amortizaciones. Aún debe devolver un préstamo por la pandemia, inicialmente de 35 millones de euros, y en los próximos tres años vencen dos bonos para aficionados por un volumen total de 50 millones de euros.