Florian Wirtz, Hugo Ekitiké o Thomas Müller ya se han ido, y Xavi Simons o Benjamin Sesko podrían seguirles. La Bundesliga está perdiendo muchas estrellas y solo llegan unas pocas nuevas.
Florian Wirtz prefiere Anfield Road para luchar por la corona europea. Granit Xhaka prefiere jugar en Inglaterra contra el descenso que en Alemania por el título. Thomas Müller se decanta por cruzar el charco en la recta final de su carrera. La Bundesliga ya ha perdido este verano a algunas de sus mayores estrellas, y otras atracciones están a punto de dar el salto.
La liga élite alemana «sigue sin tener un papel muy importante a nivel internacional», afirmó Oliver Kahn en una entrevista con la revista kicker: «Cuando hablo con gente de cualquier parte del mundo, no ven una gran diferencia entre la Bundesliga, la Serie A y la Ligue 1. La Premier League y La Liga destacan claramente». Por eso, dice, «entiende perfectamente» que la joven estrella Wirtz haya fichado por el Liverpool y no por el Bayern. «Pero a los responsables debería darles que pensar que uno de los mejores jugadores alemanes prefiera irse a Inglaterra en lugar de fichar por el Bayern», añadió el exdirectivo del Bayern. En su opinión, el fútbol alemán tiene «un atractivo engañoso». Porque Wirtz no es el único al que otras ligas le atraen más que la élite alemana. Los estadios llenos, el ambiente excepcional o las condiciones perfectas ya no son suficientes en los tiempos que corren.
Xhaka, por ejemplo, ficha por el AFC Sunderland, recién ascendido a la Premier League, procedente del Bayer Leverkusen, segundo clasificado de la Bundesliga, mientras que Hugo Ekitiké y Jeremie Frimpong se marchan al Liverpool por millonarios contratos. Benjamin Sesko y Xavi Simons, del Leipzig, también están a punto de dar el salto a la isla por una buena suma de dinero. Incluso los clubes ingleses están pagando mucho dinero por jugadores mediocres de la Bundesliga como Anton Stach o Damion Downs. Los clubes alemanes no pueden competir financieramente. «No podemos ni vamos a entrar incondicionalmente en esta carrera cuando los jugadores despiertan el interés de los clubes más importantes», declaró Axel Hellmann, portavoz del Eintracht Frankfurt, en la revista Kicker: «Las posibilidades de ingresos en el mercado internacional han cambiado, al igual que los costes de traspaso de jugadores consolidados con experiencia internacional». Además de Ekitiké, el SGE también ha tenido que dejar marchar a Tuta, en plena madurez futbolística, a Catar, y Enzo Millot, del Stuttgart, se marcha a Arabia Saudí con 23 años. El único jugador de talla mundial que llega al Bayern es Luis Díaz, procedente del Liverpool, pero, por lo demás, incluso el equipo muniqués, tan dominante a nivel nacional, tiene problemas en el mercado internacional. A la élite alemana llegan principalmente jóvenes promesas y talentos prometedores como Jobe Bellingham, Jarell Quansah, Malik Tillman o Johan Bakayoko, ya que la liga se considera un trampolín.
Para cambiar esto, el fútbol alemán debe volver a desarrollar una identidad. «De forma deliberadamente provocativa, cuando veo el fútbol alemán actual, me pregunto: ¿qué representa realmente el fútbol alemán hoy en día?», dijo Matthias Sammer: «Yo no lo veo». Al parecer, muchas estrellas tampoco lo ven.