Ante el plato fuerte del partido de prueba contra el Rot-Weiss Essen, la expectación es máxima en el Adler Union Frintrop, aunque los últimos resultados actúen como desmotivadores.
Para el Adler Union Frintrop, el gran punto culminante de la preparación está en el orden del día dentro de unos días. El próximo miércoles (26 de julio, 19.00 horas, RS-Liveticker), el Rot-Weiss Essen será el invitado de su pequeño vecino, que en verano logró el ascenso a la Oberliga Niederrhein.
«El partido es, por supuesto, un punto culminante que esperamos con impaciencia. No todas las semanas se tiene la oportunidad de jugar contra el club más grande de la ciudad», Marcel Cornelißen, entrenador del Frintrop, espera con impaciencia al destacado invitado de la 3ª división. «Todos los chicos estarán encendidos y querrán representar a nuestro equipo de la mejor manera posible».
También son días ajetreados en torno al equipo en el Adler Union. «Sigue habiendo ajetreo en el club, la organización para un partido como éste tampoco es cosa de todos los días», explica el entrenador jefe.
Él es el responsable del rendimiento de los jugadores, a los que exige: «Por encima de todo, espero que los chicos lo den todo. Por supuesto, siempre justos, queremos tener duelos intensos y quizá crear uno o dos momentos de cambio».
Resultados flojos en la Copa MWB
Pero el Frintrop no quiere limitarse a esconderse, los de fuera quieren fastidiar al RWE todo lo posible. «Está claro que no ganaremos por mucho, pero al menos queremos ser desagradables. Y que los chicos disfruten, claro», dice Cornelißen.
Al principio de la preparación, el equipo ascendido empezó con cuatro victorias en cuatro partidos de prueba, pero últimamente las cosas han sido menos prometedoras. «La última semana nos ha destrozado el ánimo. Los dos primeros partidos de la Copa MWB fueron increíblemente malos para nosotros», afirma Cornelißen, recordando con insatisfacción las derrotas contra el Blau-Weiß Mintard (1:4), de la Landesliga, y el Mülheimer SV (2:3), de la Bezirksliga.
Ahora, el duelo contra el Rot-Weiss podría volver a ponerles de mejor humor. «Se pudo ver lo rápido que se disipó el buen humor en tres días. Pero hay que separar el partido del RWE de la preparación, por supuesto que no influye», explica Marcel Cornelißen.