Se desató un tumulto en el partido de Oberliga entre el KFC Uerdingen y el Mülheimer FC. Las versiones de ambos clubes difieren.
El KFC Uerdingen y el Mülheimer FC empataron a 2 el sábado por la noche. Un resultado aceptable para ambas partes. En cualquier caso, los anfitriones de Krefeld lograron una importante victoria en la carrera por el ascenso. A pesar de que el MFC sigue sin puntuar, ofreció una actuación ante un equipo de primera que alimenta la confianza en la lucha por el descenso.
Sin embargo, los incidentes en las gradas, que al parecer se convirtieron en disturbios durante el descanso, causaron disgusto. Al día siguiente aún no se puede hacer un balance completo de la situación. En cualquier caso, las versiones de los clubes difieren.
Por ejemplo, el entrenador del Mülheim, Ahmet Inal, declaró a RS tras el pitido final: «Entonces 50 de los suyos entran en nuestro bloque, simplemente les dejan pasar y golpean a los nuestros», se lamentó el técnico tras el pitido final.
Según Inal, también fueron agredidos amigos y familiares de los jugadores del MFC, algunos de los cuales estaban «llorando en el vestuario». No hubo ninguna provocación por parte de la afición visitante. El ex profesional también lanzó graves acusaciones contra el servicio de seguridad del Grotenburg. «Es indignante que no estemos protegidos y que los comisarios no hagan nada para protegernos. «
Los anfitriones tienen una visión diferente de la situación. El director general interino del Uerdingen, Christian Gummert, señaló el domingo que el club aún estaba en proceso de hacerse una idea general. Sin embargo, Gummert contradijo con vehemencia la versión de Inal.
Según las primeras averiguaciones, los hinchas visitantes provocaron primero a los locales y luego atacaron a los vigilantes. A continuación, los seguidores del Uerdingen se solidarizaron con las fuerzas de seguridad. También hubo detenciones de hinchas del MFC.
Un portavoz de la policía de Krefeld no confirmó este extremo el domingo. Las autoridades tienen previsto publicar un comunicado de prensa el lunes. A la policía le sorprendió que se produjeran escenas desagradables en las gradas. En el partido de ida, disputado en noviembre, las dos aficiones compartieron las gradas del Ruhrstadion de Mülheim y, a diferencia de la reunión, todo transcurrió en paz.