El FSV Duisburg, descendido de la Oberliga, lucha por mantenerse en la Landesliga. El entrenador Julien Schneider habla sin tapujos.
Continúan las penurias en el inicio de temporada para el FSV Duisburg. Tras la derrota inicial por 1-2 contra el Blau-Weiß Mintard, el equipo se quedó sin puntos en su segundo partido en la Landesliga. El equipo del entrenador Julien Schneider fue derrotado por 1:4 (1:1) en el Sportfreunde Lowick.
«Jugamos una muy buena primera parte, fuimos superiores», explicó Schneider. «Por desgracia, un gol tempranero en contra nos devolvió a la suerte que nos ha acompañado últimamente». No obstante, el equipo luchó y logró empatar. «Incluso tuvimos ocasiones para adelantarnos. Pero en la segunda parte perdimos el hilo», afirmó el técnico. «Es evidente que tenemos un problema mental».
Esto se debe a una causa principal: «Tenemos muchos jugadores que se incorporaron tarde a la preparación y algunos recién llegados», explica el técnico. «Los automatismos aún no están ahí, como nos gustaría».
El próximo rival, el Spvgg. Sterkrade-Nord (12 de agosto, 16.00 horas), también ha experimentado un comienzo en falso y ha aterrizado en el sótano de la tabla de la Landesliga. Por lo tanto, ambos equipos están bajo presión, ya que no quieren quedarse sin puntos ni siquiera después del tercer partido.
En medio de esta situación, Schneider subraya: «En nuestra situación, sin duda tenemos que ocuparnos primero de nosotros mismos. En estos momentos, tenemos nuestros mayores problemas internos, sobre todo a nivel mental. Porque antes de ocuparnos del rival, tenemos que asegurarnos de que estamos en sintonía con nosotros mismos. Cuando esta base está en su sitio, se pueden evitar resultados indeseables».
La esperanza de conseguir algo en un futuro próximo se mantiene: «Estamos decididos a empezar el sábado», anuncia Schneider combativamente. Su plan: «Trabajaremos duro y nos apoyaremos mutuamente para darle la vuelta a la situación».