El derbi entre el Rot-Weiß Oberhausen y el MSV Duisburg ofreció casi todo lo que un aficionado al fútbol puede desear. Sin embargo, tras el pitido final, sólo un club pudo animar.
El viernes por la noche, los focos y un partido de copa entre dos clubes tradicionales. En la segunda ronda de la Copa del Bajo Rin, el equipo de la liga regional Rot-Weiß Oberhausen y el equipo de la tercera liga MSV Duisburg se enfrentaron en el estadio Niederrhein. La última vez que se celebró este partido fue hace más de cinco años: en mayo de 2017. El RWO perdió la semifinal en el mismo escenario ante los favoritos de Duisburgo por un claro 0:3. 7509 aficionados peregrinaron entonces al estadio.
Esta vez se superó el número de espectadores, a pesar de que ambos equipos han sido más débiles en la liga últimamente. Un total de 9727 aficionados estuvieron presentes en directo el viernes por la noche. El público vio una victoria de 2:1 para los no favoritos. El RWO jugó con más coraje, fue más gallardo y mereció su avance en la copa contra las cebras.
Cuando vemos la cantidad de gente que viene al estadio a apoyarnos, es absolutamente increíble. Puedes ver la clase de poder que hay en el club.
Nils Winter.
Después del partido, el estado de ánimo de los dos bandos de aficionados no podía ser más diferente. Los jugadores del Oberhausen celebraron el golpe de la copa con su propia afición durante minutos, incluyendo una vuelta de honor en el estadio. Este ambiente y esta celebración también impresionaron a los jugadores en el campo. Nils Winter, el autor del 1:0, se mostró entusiasmado después: «Estos son exactamente los momentos para los que jugamos al fútbol. Cuando vemos la cantidad de gente que viene al estadio a apoyarnos, es absolutamente increíble. Puedes ver la clase de poder que hay en el club. Mis felicitaciones».
El ambiente en la MSV era completamente diferente. No es de extrañar: tras el Wuppertal (2021, 2:6) y el Straelen (2022, 0:1), el Duisburgo fracasó por tercera vez consecutiva en la Copa del Bajo Rin ante un equipo de la liga regional. El equipo fue recompensado con un fuerte coro de silbidos de los cerca de 5.000 aficionados del Duisburgo que habían viajado con ellos tras el pitido final. También hubo gritos individuales de «descenso» desde el bloque de la MSV. Después de un buen comienzo de temporada, los ánimos han cambiado tras tres derrotas en la liga y la eliminación de la copa. El equipo del entrenador Torsten Ziegner necesita una sensación de logro lo antes posible, a ser posible en el próximo partido en casa contra el Halleschen FC (1 de octubre, 14 horas).
Hasta entonces, los aficionados esperan que el capitán Moritz Stoppelkamp vuelva a estar disponible. El creador de diferencias del MSV tuvo que perderse Oberhausen por problemas musculares. En la liga, el jugador de 35 años participó directamente en el 73% de los goles. Sin él, faltan ideas y poder de penetración en la ofensiva.