Escalada tras el partido abandonado – árbitro magullado

Después de una agresión al árbitro, el partido fue abandonado en la liga de distrito C2 en Gelsenkirchen el domingo. La situación se agravó tras el chaparrón.

El partido entre el ETuS 34 Gelsenkirchen II y el DJK SW Gelsenkirchen-Süd en la Kreisliga C2 en Gelsenkirchen fue abandonado el domingo. Los jugadores del equipo anfitrión se enfrentaron al árbitro. El árbitro resultó herido y la policía está investigando los hechos.

«En realidad, todo empezó con normalidad y todo fue bien», declaró el árbitro Kerim Polat a Forecasting un día después del incidente. Pero tras un par de decisiones arbitrales contrarias a los anfitriones, los ánimos se caldearon. «Después, el ETuS de Gelsenkirchen siguió increpándome a gritos por cada decisión que tomaba». Entre otras cosas, el joven de 19 años tuvo que oír que era parcial.

El ambiente siguió caldeado cuando Polat sancionó una parada de emergencia contra el ETuS en el minuto 40 y expulsó a un jugador con roja. Más tarde, dos jugadores del equipo local también recibieron tarjetas amarillas tras refunfuñar repetidamente.

Agresión al árbitro

En el minuto 71, el árbitro reconoció una falta en el área del ETuS y concedió un penalti a favor del Gelsenkirchen-Süd. La decisión, que posteriormente dio lugar al único gol del día (Burim Zumberaj lo transformó en el 1-0), provocó de nuevo numerosas protestas. «Cuando la situación se calmó un poco, pedí una pausa para beber a fin de calmar un poco los ánimos», explicó Polat. Pero incluso durante la interrupción, el joven de 19 años tuvo que enfrentarse a jugadores del ETuS que refunfuñaban.

«Tras la pausa, el partido continuó durante tres o cuatro minutos. Entonces, un jugador que ya había sido amonestado volvió a protestar en voz alta tras una falta y quiso abandonar el campo. Corrí hacia él y le saqué una tarjeta amarilla. Otro jugador amonestado me agarró por el hombro. También le mostré una amarilla-roja».

Tras las dos rojas amarillas, los ánimos por fin cambiaron. «El Gelsenkirchen-Süd intentó protegerme, pero un jugador del ETuS me empujó en el hombro, por lo que detuve el partido por agresión al árbitro», informó el árbitro.

Altercado tras el partido

Polat buscó entonces la protección de los comisarios y del árbitro y esperó a que se calmaran los ánimos. Tras cambiarse de ropa y cobrar, charló con algunos jugadores del Gelsenkirchen-Süd en un banco. Pero ese no fue el final del agitado partido para el joven árbitro.

«Hablamos entre cinco y diez minutos. Luego vino un jugador del ETuS, que en realidad estaba de camino a casa. Me vio en el banquillo y me dijo que si me veía en privado me arrancaría la cabeza. Le dije que hiciera lo que quisiera, que no quería hablar más del tema y que ahora me daba igual».

Pero el jugador, que ya había visto la roja amarilla en el campo, se acercó posteriormente a Polat, según relató. «Vino hacia mí, cabeza con cabeza, me insultó y me dio una bofetada», recuerda el árbitro, que confiesa: «Por acto reflejo, después le insulté y le lancé una botella de cristal. No podía reaccionar de otra manera en ese momento, estaba enfadado y por acto reflejo ocurrió después de la bofetada».

Mientras Polat mantenía las distancias, otro jugador del ETuS se sumó a la pelea. «Me golpeó en el cuello y cuando ya estaba en el suelo me dio dos patadas más». Poco después, el árbitro pudo ponerse a salvo en su coche y llamar a la policía. En el hospital, le diagnosticaron entonces una contusión en el cuello y en el hombro, respectivamente.

Llevo casi siete años arbitrando y nunca esperé que ocurriera algo así.

Kerim Polat

Según ha informado la policía, ahora se está investigando «a un hombre de 32 años y a otro de 42 de Gelsenkirchen como sospechosos de lesiones corporales peligrosas». La propia Polat también está siendo investigada por el insulto.

Más de 24 horas después del incidente, la conmoción sigue siendo grande. «Llevo casi siete años como árbitro y nunca esperé que ocurriera algo así. Por supuesto, en el juego puede ocurrir algo así debido a las emociones. Pero después del partido, el asunto está zanjado», aclara el joven de 19 años.

Polat también quiere enviar una declaración clara contra la violencia contra los árbitros:

«La violencia contra los árbitros es un fenómeno profundamente lamentable en el deporte, que no debería tener cabida en el terreno de juego. No sólo contradice flagrantemente los principios básicos del juego limpio y la ética en el deporte, sino que también pone en peligro la integridad y la diversión de la competición.

Como árbitros, desempeñamos un papel indispensable en el deporte al garantizar el cumplimiento de las reglas y la imparcialidad en el terreno de juego. Nuestras decisiones pueden ser ocasionalmente controvertidas, pero merecemos respeto y reconocimiento por nuestra difícil tarea. La violencia contra los árbitros no sólo es físicamente perjudicial, sino que también deja heridas psicológicas que a menudo perduran durante mucho tiempo.

Es de suma importancia que las organizaciones deportivas, los clubes, los jugadores y los aficionados combatan activamente cualquier forma de violencia contra los árbitros. Esto puede lograrse mediante reglas claras, sanciones estrictas y una cultura de respeto y equidad. Porque, en última instancia, una actitud respetuosa hacia nosotros, los árbitros, no sólo contribuye a que el ámbito deportivo sea más seguro, sino que también eleva el propio deporte a un nivel ético superior.

Si valoramos el deporte como una plataforma para el desarrollo personal, el trabajo en equipo y la comunidad, debemos mantenernos firmes contra la violencia y la falta de respeto en el campo. Solo así podremos garantizar que el deporte siga siendo un lugar de juego limpio y de los valores positivos que lo hacen tan especial. «