Después del 0:1 contra el Arminia Bielefeld, el ambiente en el MSV Duisburg volvió a tocar fondo. Los aficionados huyeron de inmediato, el capitán Sebastian Mai despotricó contra el árbitro.
La primera actuación del MSV Duisburg a las órdenes de Boris Schommers fue insuperable en términos de inofensividad ofensiva.
Una ocasión bastó al Arminia Bielefeld para superar la defensa de las Cebras. Los de Meiderich ni siquiera dispararon a la portería contraria, las escasas medias ocasiones se produjeron más bien por casualidad.
«Eso ya fue un paso atrás. Estábamos sin duda en una buena posición, permitimos al adversario dos ocasiones de gol y no tuvimos una buena asignación antes del 0:1», se quejó el capitán Sebastian Mai, refiriéndose a los viejos problemas ya conocidos de los predecesores de Schommers. «Tenemos que corregir eso. En defensa hemos hecho un buen partido. Ofensivamente, tenemos que atacar y hacerlo mejor en términos de juego», añadió Mai.
El balance es demoledor. Las Cebras sólo han marcado un gol en los últimos seis partidos oficiales, el último cartucho con el cambio de entrenador ha sido despedido. El efecto esperado no se ha materializado. Los aficionados abandonaron el estadio sin hacer comentarios antes de que el equipo se pusiera delante de la curva.
El ambiente está que arde antes del derbi contra el RWE. Los seguidores están hartos. «Tenemos que ganar, eso está claro. Sólo ganando podemos ganar confianza en nosotros mismos. Tenemos que marcar», afirma Mai, que comprende la decepción de los aficionados. «Al fin y al cabo, somos y recuperaremos a los aficionados. Sólo que ellos no están sobre el terreno de juego. Tenemos que conseguirlo».
Quizás mis padres hicieron algo mal. Siento ser tan alto y más ancho que un mortal normal.
Sebastian Mai
Al central le hubiera gustado oír pitar otro penalti en el segundo periodo, cuando fue derribado claramente en el área. «Quizá mis padres hicieron algo mal. Siento ser tan alto y más ancho que un mortal normal. Es triste, aleccionador y una desfachatez que no sea penalti», practicó Mai el sarcasmo.