Las futbolistas alemanas siguen sin saber quién las entrenará después de Horst Hrubesch. En opinión de una ex jugadora, la asociación actúa con demasiada lentitud.
La ex internacional Tabea Kemme ha acusado a la Asociación Alemana de Fútbol (DFB) de falta de coraje y previsión en la búsqueda de un nuevo entrenador para la selección femenina. «La DFB se está moviendo con lentitud y, en mi opinión, ya se ha excedido a la hora de buscar en el mercado internacional de entrenadores», escribió la campeona olímpica en Río en una columna para el portal de noticias «t-online» en Navidad.
«Sería importante que la DFB mostrara el valor de involucrarse con alguien que aporte una perspectiva nueva y fresca desde el extranjero. El futuro depende de ello», afirma el técnico de 32 años. Horst Hrubesch ocupa actualmente el cargo de sucesor interino de Martina Voss-Tecklenburg; el técnico de 72 años debe dirigir al equipo en los Juegos Olímpicos de París.
Por desgracia, el pasado ha demostrado que la asociación «siempre recurre a los mismos viejos candidatos». Tengo la sensación de que la DFB no piensa lo suficiente fuera de la caja», afirmó Kemme.
La inglesa Emma Hayes, Jonatan Giráldez del FC Barcelona y Joe Montemurro, que actualmente tiene contrato con el Juventus, son candidatos muy interesantes, pero algunos de ellos ya no están disponibles. «Todos ellos son jugadores punteros del extranjero, en la DFB siempre veo a los mismos que también han pasado por su propio sistema», criticó Kemme, de 32 años.
La nueva directora del fútbol femenino, Nia Künzer, es alguien que «tiene la capacidad de liderazgo necesaria». Con ella, este cargo de enorme importancia en el fútbol femenino tendrá por fin un rostro», explicó Kemme. Es «de esperar que también reciba el apoyo que necesita para afrontar los duros retos que tendrá que afrontar».
Sin embargo, a Künzer le espera mucho viento en contra por parte de la asociación. «Está claro que los dirigentes masculinos de la DFB siguen esbozando imágenes anticuadas y se muestran menos abiertos a que una mujer ocupe un alto cargo», afirma Kemme.