A la edad de 18 años, Kosi Saka celebró su debut con el BVB. El jugador de 37 años explica qué le faltó finalmente para seguir siendo profesional y qué le gusta del fútbol en la cuenca del Ruhr.
Kosi Saka vivió muchas cosas al principio de su carrera. En su juventud, el ahora jugador de 37 años jugó primero en el Arminia Bielefeld y a partir de 2000 en el Borussia Dortmund. En el Schwarz-Gelb, pasó por la cantera y dio el salto a profesional (once partidos, una asistencia).
A continuación fichó por el Hamburger SV, donde permaneció sin aparecer como profesional. A través del entonces club de segunda división Carl Zeiss Jena (nueve partidos) y el KFC Uerdingen (126 partidos, 15 goles, 15 asistencias), su camino desembocó en 2014 en el Sportfreunde Baumberg de la Oberliga Niederrhein, para el que sigue jugando en la actualidad. En una entrevista concedida a Pronósticos, el dos veces internacional con la RD del Congo explica, entre otras cosas, por qué no pudo seguir en el fútbol profesional y qué pasa cuando su hijo se hace hincha del Schalke.
Kosi Saka, termina la frase:
Mi mayor virtud es… leer el juego sobre el terreno de juego.
Mi mayor debilidad es… que intento corregir los errores de mis compañeros haciendo carreras extra. Como resultado, a veces descuido mis propias tareas.
En nuestro vestuario… es como una familia donde el hermano mayor se burla de los pequeños y los pequeños son descarados con los mayores, pero siempre con respeto y decencia. Es bastante divertido.
Si mi hijo se hace hincha del Schalke… entonces no hay regalos de Navidad. Pero si se hace hincha del Dortmund, recibe diez regalos al año.
El mejor momento de mi carrera futbolística fue… mi primer partido de la Bundesliga. Fue un viernes por la noche contra el Hertha BSC, me sustituyeron en el minuto 86 y todo el Westfalenstadion gritaba mi nombre.
El mejor gol de mi carrera fue… ya en mi juventud. Una vez, sentí que había regateado a medio equipo y rematé a la escuadra desde 20 metros. El balón se quedó atascado en el ángulo durante unos segundos porque las porterías antiguas todavía tenían un larguero arriba.
No seguí siendo futbolista profesional porque… dejé de trabajar. Confié en mi talento y mi habilidad, pero olvidé que aún hay que atornillar en ciertos sitios.
Lo mejor de la cuenca del Ruhr es… que las ciudades están muy cerca unas de otras. No hay amistades en el campo de fútbol. Allí nadie es amigo, aunque se conozcan en privado. En el campo, al menos así era en mi época y así lo sigo viendo con la generación más joven, los jugadores también se pegan a veces.
Decídase:
¿Cerveza o agua? Hace unos años era cerveza, pero ahora es agua.
¿Club o pub? Ya ni lo uno ni lo otro, pero si tengo que elegir, es el club.
¿Fútbol en la tele o en el estadio? Depende. Si estoy solo, prefiero verlo en el estadio, con amigos en casa, es más divertido.
Tipo de jugador: ¿luchador o artista? Definitivamente, ¡artista!
¿Bundesliga o Premier League? La Bundesliga.
Y algunas preguntas para terminar:
¿Con qué estrella le gustaría tomar una copa? En el fútbol con Lionel Messi o el «verdadero» Ronaldo, El Fenómeno. Fuera del fútbol con el jugador de baloncesto LeBron James.
¿De qué puede prescindir? Las carreras de preparación.
¿Qué es indispensable para usted? La familia.
¿Qué música le gusta escuchar y qué pone en el vestuario? Escucho de todo, desde éxitos alemanes hasta pop, música religiosa y hip-hop. Sólo tiene que gustarme para que pueda moverme en consecuencia. También tenemos una mezcla de música en el vestuario, dependiendo de quién toque. Cuando toca Daniel Schwabke, es más pop y alemán, cuando toca Melva Luzalunga, es hip hop o rap alemán. Cuando toco yo, soy más del tipo de la vieja escuela, con canciones que te calientan mucho antes del partido.
Si pudieras volver a empezar, ¿qué harías diferente en tu vida? Suena mal cuando quieres cambiar algo. Por supuesto, tienes que estar agradecido por la gente que has conocido, a la que has llegado a conocer y que se ha convertido en familia. Si las cosas hubieran ido de otra manera, quizá no conocería a estas grandes personas.
Pero si ahora pudiera hacer ciertas cosas de forma diferente en mi carrera futbolística, volvería a Dortmund cuando tenía 18 o 19 años y trabajaría aún más en mí mismo. Escucharía aún más lo que me decían los jugadores más veteranos y los entrenadores. Por aquel entonces era un tanque de tiburones, había quizá uno o dos jugadores mayores que hablaban contigo de vez en cuando. Al fin y al cabo, eran competidores. Hoy en día, la piscina es mucho más grande, recibes aportaciones de todas partes y muchas manos tendidas para ayudarte. Entonces sólo eran unas pocas manos, conversaciones cortas, pero no te dabas cuenta.
Así que me gustaría volver a Dortmund, firmar el contrato de cinco años que me ofrecieron en vez de irme a Hamburgo -aunque eso tampoco estaba mal entonces, claro- y luego trabajar aún más duro en mí mismo.