En el escándalo de los besos, la jugadora Jenni Hermoso sale al paso con un comunicado y explica que nunca consintió el beso. El presidente de la asociación, Rubiales, había calificado el beso de «consentido».
La futbolista profesional Jenni Hermoso se pronuncia y declara que el beso del presidente de la asociación no fue en ningún caso consentido. En el debate en torno a la perturbadora escena de la entrega de medallas en Sydney, numerosos jugadores, su club, el Real Madrid, y el Gobierno español se han puesto del lado de Jenni Hermoso y en contra del presidente de la asociación de fútbol, Luis Rubiales.
La goleadora de la final, Olga Carmona, expresó su solidaridad con su compañera en X (antes Twitter)
Estamos contigo @Jennihermoso ❤️ pic.twitter.com/JvSlSUlWRV
– Olga Carmona (@7olgacarmona) 25 de agosto de 2023
Rubiales se ve a sí mismo como una víctima
Tras el escándalo de los besos en el Mundial femenino de Sydney, el presidente de la asociación española, Luis Rubiales, ha rechazado dimitir este viernes «No voy a dimitir. Lucharé hasta el final», declaró este viernes el dirigente de 46 años en una asamblea general extraordinaria de la Federación Española de Fútbol (RFEF). Rubiales recibió los aplausos de muchos de los directivos presentes en la sala durante su intervención.
El gobierno de izquierdas español quiere recurrir a un tribunal deportivo para que el seleccionador de fútbol pierda su puesto. Al parecer, las explicaciones de Rubiales no han convencido al gabinete de Madrid. El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se considera un pionero en lo que respecta a los derechos de la mujer en la sociedad.
En cualquier caso, la máxima autoridad deportiva española, el CSD, también ha anunciado ahora que tomará medidas contra Rubiales.
El máximo responsable del CSD, Víctor Francos, ha declarado: «Vamos a actuar, hemos activado todos los mecanismos para tomar las medidas oportunas»
Mientras tanto,
Rubiales se declara víctima. «No se trata de justicia, sino de una ejecución social», dijo Rubiales.
El hombre de 46 años justificó lo que se pudo ver en las pantallas de televisión de todo el mundo. «Así que no hay deseo ni posición de dominio, y todo el mundo lo entiende», añadió Rubiales. «El deseo que podía tener en ese beso era el mismo que podía tener cuando se lo daba a una de mis hijas», explicó, definiéndolo como “un beso espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”.
El funcionario había besado en la boca a la jugadora Jennifer Hermoso sin que nadie se lo pidiera en la ceremonia de entrega de premios a los campeones del mundo de fútbol españoles, celebrada el domingo en Australia. El hecho fue seguido de duras críticas e indignación, y el organismo rector del fútbol mundial, la FIFA, inició un procedimiento disciplinario.
«Pido disculpas de todo corazón. Había perdido el control. El beso fue como para uno de mis hijos», explicó Rubiales.
Jennifer Hermoso aseguró poco después en un vídeo que el comportamiento de Rubiales le había incomodado. «¿Pero qué se supone que tenía que hacer?», añadió. Se desató una tormenta de indignación y muchos en España pidieron la dimisión de Rubiales. Varios medios de comunicación informaron unánimemente el jueves de que Rubiales dimitiría.
Inmediatamente después del incidente, el funcionario calificó de «disparate» las críticas a su comportamiento. Más tarde, Rubiales presentó unas disculpas poco entusiastas y, según los medios de comunicación, instó a Hermoso a dar la cara por él. Dijo que había besado en la boca al jugador de 33 años «espontáneamente» y «sin mala intención ni mala voluntad». La RFEF publicó un comunicado en el que se citaba a Hermoso. El beso fue consentido, dijo.