La visita de Erdogan no se ve coronada por el éxito. Turquía pierde ante Holanda, que se ve recompensada por una gran segunda parte. El escándalo del saludo del lobo ensombrece el partido
Holanda demostró nervios de acero en la caldera turca de Berlín para alcanzar las semifinales de la Eurocopa y eliminar a Turquía del torneo tras el escándalo del saludo al lobo
El equipo del seleccionador Ronald Koeman se impuso por 2-1 (0-1) en el disputadísimo partido de cuartos de final disputado en el Olympiastadion de Berlín, gracias a una mejor actuación en la segunda parte, y puede seguir aspirando así a conquistar su segunda Eurocopa en suelo alemán desde 1988.
Fue Samet Akaydin (minuto 35), que sustituyó a Merih Demiral, suspendido por su saludo al lobo, quien adelantó a los turcos ante el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el ex internacional alemán Mesut Özil. Stefan de Vrij (70′) y un gol en propia meta de Mert Müldür (76′) dieron la vuelta al partido y aseguraron una exultante fiesta Oranje. La semifinal se disputará el miércoles contra Inglaterra, que hasta ahora no ha convencido. El banquillo turco vio la roja directa en el tiempo añadido
Tras el revuelo político causado por el controvertido saludo del lobo de Demiral, sancionado con dos partidos, la Eurocopa también ha tenido un final amargo para los turcos en el plano deportivo. Al principio habían desafiado la presión y habían sido ligeramente superiores durante largos tramos. Su sueño de alcanzar su primera semifinal en una Eurocopa en 16 años se vio truncado por una falta de concentración en la fase final.
Con traje oscuro y corbata roja, Erdogan, que sólo había viajado a Berlín para el partido, presenció el encuentro con su esposa Emine en la tribuna VIP, con el ex internacional alemán Özil sentado justo detrás de él. Frente a ellos, también pudieron ver a muchos aficionados turcos haciendo el saludo del lobo durante el himno nacional
La marcha de aficionados al estadio ya había sido finalizada prematuramente por la policía porque los seguidores turcos habían mostrado continuamente el saludo del lobo. La policía escribió en el servicio de mensajes cortos X: Una marcha de aficionados «no es una plataforma para mensajes políticos».
Tampoco lo es un partido de la Eurocopa, decidió la UEFA y por ello prohibió la entrada a Demiral. El joven de 26 años había mostrado el símbolo de los «lobos grises» contra Austria. Este es el nombre que reciben los seguidores del «movimiento Ülkücü», de extrema derecha, que está siendo vigilado por la Oficina Alemana de Protección de la Constitución. Todo esto había alimentado aún más el partido de alto riesgo.
Los turcos afrontaron el partido con mucha rebeldía. «Estaremos aún más apasionados y orgullosos», anunció el seleccionador Vincenzo Montella, pero al mismo tiempo exigió a sus jugadores: “Tenemos que refrenar nuestras emociones”.
La fase inicial demostró lo importante que es este equilibrio. La ofensiva holandesa, con los astutos Cody Gakpo, Xavi Simons y Memphis Depay, corría hacia la portería contraria a gran velocidad, pero a menudo parecía demasiado juguetona. Los turcos se defendieron con tenacidad y pasión, y ganaron más posesión a partir de la mitad de la primera parte.
Hakan Calhanoglu, que volvía al centro del campo junto a Salih Özcan, del Dortmund, tras cumplir su sanción por tarjeta amarilla, también supuso una amenaza a balón parado. Y así fue como se adelantaron: tras un saque de esquina del ex profesional de la Bundesliga, el balón cayó en las manos de Arda Güler y el jugador de 19 años sirvió un centro personalizado a la cabeza del goleador Akaydin. Demiral aplaudió en las gradas y se rió, pero se abstuvo de hacer otro gesto provocador.
Koeman, el entrenador del Bonds, reaccionó en el descanso y dio entrada al superbromista Wout Weghorst por el decepcionante Steven Bergwijn. Weghorst, que había sido cedido al Hoffenheim en pretemporada, también aportó más ímpetu al juego ofensivo oranje. Los turcos se aventuraron ahora menos hacia adelante y dispusieron de buenas ocasiones para marcar el 2-0 a través de un lanzamiento de falta desde el poste de Güler (56′) y de Kenan Yildiz (65′).
Pero entonces llegó la exitosa remontada de los holandeses, mucho mejores en la fase final. Aguantaron las embestidas de los turcos, con una contribución decisiva sobre todo del guardameta Bart Verbruggen