Prohibición de la cerveza y demás: los frentes secundarios dicen mucho – un comentario

El VfL Bochum atraviesa una temporada sin victorias, quizá distraído por pequeños problemas secundarios que, de ser ciertos, dicen mucho del equipo.

El VfL Bochum lucha estos días en la Bundesliga por celebrar por fin su primera victoria y dar un golpe de autoridad en la lucha por el descenso. El balance hasta ahora es bastante desolador.

Eliminación en la primera ronda de la Copa DFB ante el Jahn Regensburg, de la segunda división, además de cinco derrotas en los seis primeros partidos de la Bundesliga, con solo un punto conseguido en el 2-2 contra el Holstein Kiel.

Por lo tanto, cabría pensar que hay problemas profundos a los que Peter Zeidler y su equipo deben hacer frente. Sin embargo, según informan ahora la revista online «Tief im Westen» y el diario «WAZ», hay otros frentes que dan que pensar.

Según estas fuentes, se está debatiendo internamente, aunque no solo allí, si ciertas medidas de Zeidler son acertadas o no. Al parecer, el nuevo entrenador habría prohibido beber cerveza después de los partidos y en los viajes de vuelta de los partidos fuera de casa. Al parecer, esto ha causado tal revuelo que Zeidler habría cedido ante los jugadores antes del partido contra el VfL Wolfsburg (1-3), por lo que ahora parece que se puede tomar una cerveza después de las victorias.

Pero eso tampoco ha servido de nada, ya que, debido a la falta de resultados, los jugadores siguen sin beber, al menos inmediatamente después de los partidos.

Según la información del WAZ, hay otros dos puntos que han sentado mal a algunos jugadores. En los partidos fuera de casa, todos los jugadores deben reunirse en el hotel a las 9 de la mañana y, después del desayuno, dar un paseo juntos, que suele durar entre diez y quince minutos.

Prohibido beber cerveza después de los partidos, estar juntos en el hotel a las 9 de la mañana, dar un paseo juntos. Y eso en los partidos fuera de casa, cada dos semanas, 17 veces al año en la Bundesliga: para alguien ajeno al tema, a primera vista no parece el infierno en la tierra. Si esos son los problemas de uno u otro jugador, se podría pensar que la situación del equipo no puede ser tan grave.

Pero lo está: porque en octubre el VfL aún no ha sumado ningún punto. Una vez más, se avecina una lucha por el descenso, una vez más es necesario remontar. Las deficiencias se podrían discutir en un desayuno o un paseo juntos, si a alguno no le pareciera demasiado. Al parecer, los jugadores o los empleados prefieren aprovechar el tiempo para sacar estos temas a la luz pública, quizá para desencadenar un debate sobre el entrenador.

Eso es casi tan barato como los muchos goles que ha encajado el equipo hasta ahora.