El equipo de tercera división Rot-Weiss Essen celebró un golpe sorpresa contra el Dynamo Dresden (3:1). Para alegría de su entrenador, Christoph Dabrowski.
¡Menuda tarde en la Hafenstraße! El Rot-Weiss Essen se impuso al líder, el Dynamo de Dresde, por 3:1 (1:0) ante 18.657 espectadores y ascendió al octavo puesto de la tabla. ¿Quién lo hubiera dicho?
El partido no fue tan claro como sugiere el resultado, sino todo lo contrario. En la primera parte, el Dresde jugó con la confianza en sí mismo de un líder de la liga y fue el equipo mejor y más activo. Pero fue el RWE quien marcó el gol: Felix Götze, fuerte como un buey, remató de cabeza un saque de esquina en el minuto 25 para dar al Essen una ventaja halagüeña, que mantuvo al descanso.
«Sabíamos que el Dresde era un equipo superior que quería dominar el partido. Eso se vio durante largos tramos. Tuvimos la suerte del partido de nuestro lado en la primera parte», explicó el entrenador del Essen, Christoph Dabrowski.
Tras el descanso, Dabrowski realizó un cambio táctico, desplazando al capitán Felix Bastians al centro de la defensa y jugando con un sistema 5-3-2. En la segunda parte, el RWE consiguió mantener a los líderes lejos de su propia portería. El Dresde tuvo dos o tres buenas ocasiones, pero la defensa del Essen se mantuvo firme la mayor parte del tiempo y defendió con coherencia.
Y los rojiblancos también estuvieron acertados en ataque: Bastians puso el 2-0 en el minuto 80 y Moussa Doumbouya sentenció el partido poco antes del tiempo añadido (89). Casi al pitido final, Panagiotis Vlachodimos, del Dresde, redujo el marcador a 1:3, pero para entonces ya no había dudas sobre la victoria de los locales.
Desde las gradas se animó mucho al equipo, pero el entrenador Dabrowski también mereció elogios. Su cambio táctico en la segunda parte dio sus frutos y aportó más seguridad y estabilidad al juego del equipo de tercera división.
Luego quise acabar con ese problema con el cambio a defender en un sistema 5-3-2. Queríamos mantener el centro y las interfaces cerradas. Creo que lo hemos conseguido bastante bien.
Christoph Dabrowski
Tras el pitido final, el técnico de 45 años explicó su idea de cambiar de una zaga de cuatro a una de cinco hombres: «En la primera parte, vimos las numerosas carreras en profundidad de los ocho defensas del Dresde y a los veloces extremos, que no paraban de correr hacia las bandas. Teníamos muchos problemas ahí y no podíamos controlar. Quise acabar con este problema cambiando a un sistema 5-3-2. Queríamos mantener el centro y la defensa. Queríamos mantener el centro y las interfaces cerradas. Creo que lo hemos conseguido bastante bien».