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KFC Uerdingen desperdició una ventaja provisional de dos goles contra el TSV Meerbusch, pero aun así ganó al final. Los aficionados dejaron de apoyar en la primera mitad.
El KFC Uerdingen libró un duelo salvaje con el TSV Meerbusch en la 11ª jornada de la Oberliga Niederrhein ante casi 2.000 espectadores en el estadio Grotenburg. Al final, se marcaron un total de siete goles con final más feliz para el KFC, que se quedó con los tres puntos en casa tras una victoria por 4:3.
Sin embargo, los de Uerdingen empezaron de la peor manera posible y tuvieron que remontar un marcador adverso a los seis minutos, después de que a Pepijn Schlösser le saltaran el balón en el brazo en el área de penalti y el árbitro señalara el punto fatídico.
«Rara vez sale mal al principio, por supuesto. No sé si deberían pitarte cuando el balón te golpea en la mano desde tres metros por un tiro directo», declaró el entrenador del KFC, Marcus, no necesariamente de acuerdo con la decisión del árbitro.
Inmediatamente, los recuerdos del partido anterior contra el SV Sonsbeck, que el KFC había perdido por 1-0, volvieron a la mente de los azul-rojos. Pero contra el Meerbusch, el equipo de John no sólo se recuperó de la desventaja, sino que se adelantó por 3:1 en 13 minutos, para alegría del entrenador del KFC: «Tengo que felicitar al equipo por ello después de la incertidumbre de la última semana».
Protesta silenciosa de los seguidores del KFC Uerdingen
Sin embargo, la actuación de la semana anterior contra el Sonsbeck influyó considerablemente en el volumen de juego del estadio Grotenburg. Los aficionados reaccionaron con una protesta silenciosa en la primera parte: no se oyeron cánticos durante 45 minutos, ni ondearon banderas. Hubo aplausos esporádicos y el grito «Queremos veros luchar», pero nada más.
Aunque el apoyo habitual de los aficionados volvió a las gradas tras el cambio de final, los jugadores del KFC dilapidaron su ventaja de dos goles en el campo a los ocho minutos de la reanudación y permitieron que el TSV empatara a 3:3. «Después del 3-1 dijimos que íbamos a salir normalmente a jugar a por el cuarto gol. Entonces recibimos un disparo desviado y nos tambaleamos. Todo el mundo conoce ese momento psicológico en el que ya no te explicas algunas cosas», subrayó John.
Sin embargo, el equipo de Uerdingen se recuperó a tiempo para decidir el partido a su favor. «En nuestra situación actual, la victoria es más importante que un partido bonito. Por supuesto que no se puede estar contento con el juego así, pero sí con el resultado. Tenemos tres puntos y podemos seguir adelante. Partidos como éste también se han perdido en los últimos cinco minutos, y en nuestra situación sólo cuentan las victorias», explicó John, también con la vista puesta en la tabla, en la que el KFC se encuentra ahora a nueve puntos del líder, el Sportfreunde Baumberg.